Santa Ana

Santa Ana

Reseña histórica

El 28 de septiembre de 1784 el navío Santa Ana se bota en los Reales Astilleros de Esteiro; construido con planos de Romero Landa. Sería el primero de una serie de navíos de tres puentes llamados los Meregildos o serie Santa Ana, constituida por los navíos Mejicano, Conde de regla, Salvador del mundo, Real Carlos, San Hermenegildo, Reina María Luisa y Príncipe de Asturias, siendo el nervio de la Armada.
Poseía 112 cañones y era el prototipo de una serie de 8 navíos iguales que se construirían en los años siguientes en los astilleros de Ferrol y la Habana. Las pruebas realizadas, saliendo a la mar el 28 de febrero de 1785 capitaneado por Félix de Tejada, tuvieron como resultado según relata su comandante: Conserva la batería en buen uso con viento fresco y mares gruesas. Por ello y con los resultados obtenidos, por Real Orden de 1786 se dispone en lo sucesivo que los navíos de tres puentes deben construirse de acuerdo con los planos del Santa Ana.
Entre los años 1803 y 1804 estaría capitaneado por el capitán Alcalá Galiano.
En la batalla de Trafalgar estuvo al mando del capitán de navío José de Gardoqui, con la insignia del teniente general de la Armada Don Ignacio María de Alava, en la que sufrió 97 muertos y 141 heridos, siendo rescatado por el navío Rayo.
El navío Santa Ana, de tres puentes y 112 cañones, durante el combate de Trafalgar iba al manado del capitán de navío Gardoqui y llevaba a bordo al teniente general Álava. La columna británica encabezada por el almirante Cuthbert Collingwood, que montaba el Royal sovereing (capitán de navío Edward Rottheram), también de tres puentes y 100 cañones, atavesó la línea franco-española por la popa del Santa Ana y la proa del francés Fougueaux, de 74 cañones. Al pasar a la altura del español, el Royal Sovereign disparó los cincuenta cañones de babor, dejando la popa del español casi destrozada y en las cubiertas más de cien bajas; a continuación el ingles viró a babor y quedó cerca del costado de estribor del Santa Ana, que a su vez disparó los cañones de esta banda, que destrozaron a su oponente, haciéndole escorar dos tablas del costado; ambos navíos se combatieron encarnizadamente durante dos horas y media, al cabo de los cuales el Santa Ana se rindió al ser atacado por más navíos británicos, cuando estaba completamente desmantelado, con cinco oficiales y noventa y siete hombres muertos, y Álava, Gardoqui, cuatro oficiales y ciento cuarenta y un hombres heridos.
Durante el temporal que siguió al combate, la dotación del Santa Ana represó el navío, que pudo entrar en Cadíz a remolque de la fragata francesa Themis. Por su parte, el Royal sovereign perdió los palos mayor y mesana y tuvo cinco oficiales y cuarenta y dos hombres muertos, y nueve oficiales, ochenta y cinco heridos, quedando de tal suerte que Collingwood tuvo que trasbordar su insignia a la fragata Euryalus.

En 1808 apenas iniciada la Guerra de la independencia Española, no pudo participar en el combate y captura de la escuadra francesa del almirante Rosily al hallarse en el Arsenal en reparaciones y cadena.
En 1810 se trasladó a La Habana junto con el Príncipe de Asturias para estar más seguro durante la guerra contra los franceses, en cuyo arsenal se fue a pique en 1816 por falta de carena.
En 1834 todavía se le podía ver junto al Príncipe de Asturia, también ido a pique, hundidos en el fango frente al arsenal.

martes, 13 de octubre de 2015

Forrado de la obra muerta del casco


Seguidamente procedemos a forrar el casco. Partiendo de la mitad de la cuaderna Nº 21 hacia proa y a la altura de la primera cubierta encolamos y clavamos una traca de forro (listón 2 x 5 mm de Tilo), luego colocaremos otra hacia popa.


La fila superior la colocaremos de la misma forma, pero partiendo de la cuaderna Nº 20 y la siguiente desde la cuaderna Nº 22, para volver a comenzar desde la cuaderna Nº 21 en la siguiente fila. Esta operación debe realizarse a ambos lados del casco.


Con unos alicates de corte, cortamos las cabezas de los clavos para poder lijar las tracas.


Tanto en popa como en proa recortamos los sobrantes del listón y dejamos en proa un espacio de 6 mm para, posteriormente encajar la roda.


Marcamos con un lápiz el grosor de las cuadernas que nos servirá de pauta para marcar las troneras.


Marcamos las troneras de la primera cubierta a las dimensiones de 12 x 12 mm , como se aprecia en la fotografía.


En esta fotografía se puede apreciar como va quedando la obra muerta del casco.


Forramos con los mismos listones que hemos forrado la obra muerta, el frente del jardín de proa incluido el suelo de dicho jardín.


En el centro de cada tronera hacemos un agujero con una broca de 2 mm de grosor. 


Con un cúter recortamos cuidadosamente las troneras, como se puede apreciar en la fotografía.


En la popa van cuatro troneras situadas a las distancias que se indican en la fotografía.


El resto de las troneras de las sucesivas cubiertas van a las distancias indicadas en la fotografía.


Este es el aspecto final del casco con todas las troneras abiertas.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Modelado de las cuadernas


Procedemos a redondear la estructura para eliminar los cantos vivos de las cuadernas y apóstoles hasta que formen una curva real y poder encostillar adecuadamente el casco. Utilizaremos una lima de media caña de grano medio y repasamos y alisamos lo limado con una lija de grano fino.


En esta fotografía se puede apreciar como queda la proa ya una vez limada y lijada.



Utilizaremos una traca de forro, situándola a diferentes alturas tanto en proa como en popa, para comprobar que se adapta perfectamente a la curvatura del casco.


Especial atención nos merece el afilado de la quilla en popa que debe quedar de un grosor de 2 mm aproximadamente.

viernes, 2 de octubre de 2015

Calafateado y colocación de la segunda cubierta.


Para preparar las chapas que simulan el tablazón y calafateado de la cubierta necesitaremos la ayuda de un cúter. Cortamos las chapas de forro a 65 mm de longitud como muestra la fotografía.


A continuación, agrupamos todas las tiras obtenidas haciendo coincidir sus perfiles y las fijamos con unas pinzas tal como se muestra en la fotografía. Ahora, con un lápiz, marcamos y destacamos los cuatro cantos de las tiras.


Con la ayuda de un pincel fino aplicamos cola blanca o de contacto, sobre la zona de la cubierta que vamos a forrar, empezamos el forrado, Ajustando la primera hilera de chapas al filo de la cubierta como muestra la fotografía. La segunda hilera de chapas la colocaremos haciendo coincidir sus uniones en el centro de las tiras de la primera hilera.


Procedemos de modo similar a lo realizado en la colocación del primer tramo de cubierta y encolamos la parte de proa de babor 44 a la parte de proa de estribor 45, de popa de babor 46 y de popa de estribor 47, y a continuación seguimos encolando chapas de la tablazón hasta forrar la mitad de la segunda cubierta, como muestra la fotografía.


A continuación seguimos forrando la segunda mitad de la segunda cubierta. Para simular el claveteado de las maderas de la segunda cubierta, Marcamos con un lápiz dos puntos a cada lado de las líneas transversales.

Colocación de los trancaniles y los baos de la segunda cubierta



Cortamos dos trozos de 294 mm de un listón de tilo de 5 x 15 mm para formar los trancaniles de la primera cubierta. Cortamos otros dos trozos de 324 mm para formar los de proa.


Pintamos de negro la parte exterior de los mismos. Encolamos y clavamos cada uno de los trancaniles sobre la cubierta y los encajamos en la parte inferior de las cuadernas.


Para formar los baos donde se apoyará la segunda cubierta, cortamos dieciséis trozos de listón de manzonia, uno por cuaderna, de una longitud variable que nos vendrá dada por la distancia existente entre los extremos de las cuadernas a la altura de los durmientes de la segunda cubierta.


Una vez cortados colocamos cada bao en su correspondiente cuaderna, apoyados en los durmientes como muestra la fotografía.